En un mundo en el que cada vez es más difícil desconectar, las actividades lúdicas se convierten en una vía de escape para conectarse con el ser interior. Pintar es una de ellas, una manera de plasmar pensamientos y sentimientos en un lienzo o en una hoja en blanco. Pero esta tendencia no se queda solo en el ámbito personal, sino que también ha migrado al diseño de interiores y la decoración.
Hoy nos encontramos con diseños de pisos y paredes inspirados en los murales dibujados a mano.
Ahora es posible encontrar revestimientos inspirados en obras de arte, paredes que parecen auténticos cuadros pintados a mano, texturas y formas que evocan la creatividad y la expresión artística. No solo se trata de añadir color a los espacios, sino de dotarlos de una personalidad única y de transmitir emociones a través de ellos.