“El equilibrio interior, el lujo moderado y la sofisticación de este apartamento representan una mezcla muy bien dosificada entre el estilo clásico escandinavo y un concepto arquitectónico de modernidad”.
La manera en que los arquitectos Cristian Diez y Diego Hernández integraron los ambientes de este apartamento es magistral y flexible. La cocina, el comedor y el living si bien forman un diseño interior sin delimitaciones físicas, cada estancia preserva su identidad y fluye libremente hacia las demás.
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Los tonos claros del piso y el mobiliario y la abundante iluminación led, sumados al cromatismo blanco del techo, estimulan la sensación de amplitud, que ya de por sí es bastante acentuada teniendo en cuenta que es una vivienda de un tamaño amplio y confortable, cuya distribución espacial favorece decididamente la movilidad.
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Los tonos tierra en la pared (frente al comedor) y en las puertas de los gabinetes de la cocina añaden un toque de calidez, en medio de la atmosfera nórdica promovida por el blanco puro, los detalles en madera y los elementos decorativos fabricados en metal. Un detalle bastante tendencioso es el diseño de la encimera de la cocina, con enchape marmolizado, y que se repite en la mesa del comedor. Esta apuesta aporta un toque de elegancia y expresividad, gracias a las vetas pronunciadas del revestimiento.
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En los baños el estilo no cambia mucho con respecto a la idea de diseño planteada por los arquitectos en la zona social de la vivienda. La combinación de tonalidades frías y cálidas se mantiene, así como el uso de piezas marmolizadas, donde las lámparas negras generan un refinado contraste.
Diseño realizado por DH ARQUITECTOS con acabados DECORCERAMICA.